Revisión periódica
Para mantener un correcto cuidado de la boca se precisa que un profesional revise la dentadura cada cierto tiempo, existiendo acuerdo en que se realice una vez al año en condiciones normales y dos veces al año en pacientes problemáticos o más sensibles.
En dichas visitas, el dentista estudiará cada diente o muela para comprobar que no existe caries dental, especialmente en las localizaciones interdentales. Ante la más mínima sospecha se realizarán las radiografías necesarias para detectarlas. Igualmente se revisarán las encías para valorar si hay signos de inflamación (gingivitis) o de enfermedad periodontal (“piorrea”). En caso de encontrarse algún problema se procederá a poner remedio lo más rápidamente posible para evitar su avance.
También se explorarán las mucosas de toda la boca (carrillo, paladar…) y la lengua para descartar que haya lesión alguna en las mismas que pudieran resultar sospechosas. El estudio de las articulaciones temporomandibulares, de los músculos masticatorios y de la correcta movilidad bucal completará la revisión.
En medicina, y por tanto en odontología, el mejor tratamiento es siempre una buena prevención, de ahí la importancia de detectar los problemas lo antes posible si los hubiera; una lesión cogida a tiempo es fácil de solucionar. Si se tarda en diagnosticar puede acabar evolucionando y causando daños mayores, a veces irreversibles.